España se ha convertido en la gran protagonista del mercado inmobiliario europeo en la primera mitad del año. De acuerdo con un informe del banco de inversión Houlihan Lokey, el país ha registrado “el mejor rendimiento trimestral desde 2022”, consolidando así al sur de Europa —junto con Francia e Italia— como la región de referencia en el sector. Alemania y Reino Unido continúan encabezando las grandes operaciones, aunque sus volúmenes se han reducido de forma notable.
El estudio atribuye este buen comportamiento del mercado español al fuerte crecimiento de los segmentos hotelero y residencial, impulsados por el dinamismo del turismo, el auge de la construcción destinada al alquiler (build to rent, en el argot del sector, es decir, edificios desarrollados específicamente para el arrendamiento a largo plazo), y por nuevas modalidades de alojamiento como el flex living o vivienda flexible. Además, la escasez de espacios logísticos en Madrid y Barcelona sigue presionando al alza los alquileres.
Según el informe, la inversión inmobiliaria en España continuará acelerándose durante el resto de 2025 y a lo largo de 2026, con el regreso de las grandes operaciones (“megaoperaciones”) en los ámbitos residencial y hotelero. Este escenario favorecerá la entrada de mayor liquidez internacional interesada en ganar exposición en el sur del continente. No obstante, entre los principales desafíos para el mercado, Houlihan Lokey advierte sobre los riesgos regulatorios derivados de las políticas de vivienda, que podrían limitar los volúmenes de inversión y generar incertidumbre en el segmento residencial, especialmente en el mercado de vivienda asequible.
Descenso de los retornos
Uno de los aspectos destacados por Houlihan Lokey es la reducción de los rendimientos en los activos inmobiliarios españoles. La rentabilidad (yield) de los mejores inmuebles se encuentra entre las más bajas de Europa, reflejo de una oferta limitada y una fuerte demanda de capital institucional, factores que mantienen los precios elevados. España combina yields ajustados con un crecimiento sostenido de las rentas, que aún no han alcanzado su máximo, ofreciendo así un binomio rentabilidad-riesgo difícil de igualar en el continente. La resiliencia del turismo y del mercado del alquiler actúa como contrapeso y mantiene la atractividad del país frente a otros destinos europeos.
El empuje del sur de Europa
El documento también subraya el contraste entre el sur del continente y las economías tradicionalmente líderes, como Reino Unido y Alemania. Aunque ambos mercados siguen encabezando las cifras absolutas de inversión, registraron caídas durante el primer semestre. En el caso británico, la debilidad proviene del descenso en la demanda de oficinas, mientras que en Alemania el problema radica en los bajos retornos asociados al peso del capital institucional y a su condición de mercado seguro, pese a que algunos indicadores apuntan a una incipiente recuperación.
Por su parte, Italia ha experimentado un crecimiento del 51 % en la inversión, alcanzando los 5.000 millones de euros en la primera mitad de 2025, impulsada principalmente por las residencias de estudiantes y la logística. En cambio, Francia presenta un comportamiento más heterogéneo: los activos comerciales (retail) y las oficinas en París muestran avances, pero persisten altas tasas de desocupación en espacios de trabajo fuera de la capital, según el análisis de Houlihan Lokey.

