Durante el primer semestre de 2025 en España se compraron 64.022 fincas rústicas, según ha informado el Consejo General del Notariado.
Los datos notariales siguen mostrando el interés de la sociedad por estas propiedades tras la crisis por el covid-19.

“Además de la compraventa de fincas rústicas, algunos de los actos más habituales en los pueblos son la adjudicación de herencias, las rectificaciones de superficie, los testamentos y las donaciones y, en menor medida, los expedientes de dominio o las actas de deslinde y subsanación de discrepancias”, explica María Teresa Barea, portavoz del Consejo General del Notariado.
“Somos más de 2.700 notarios repartidos por toda España, incluso en pueblos muy pequeños y todos utilizamos la misma tecnología y tenemos los mismos medios y acceso a las mismas redes seguras”, explica.
Para mostrar la labor que los notarios realizan este ámbito, el proyecto #NotariosRurales continúa este año su recorrido por algunas de las localidades más pequeñas de España. A través de entrevistas al alcalde, a empresarios locales y otros usuarios de la notaría, se pone en valor el papel del Notariado como servicio público de proximidad.
En esta tercera edición, #NotariosRurales viaja hasta Castropol, una localidad de 3.765 habitantes ubicada en Asturias en la que ejerce la notaria Mireya Cristina Martínez Badás: “Me encanta mi profesión y estoy muy feliz ejerciéndola aquí”. “La mayor satisfacción que tengo como notaria es ayudar a las personas. Por ejemplo, cuando llega alguien a la notaría con un problema que no le deja dormir es gratificante poder decirle: no se preocupe, lo vamos a hacer de esta manera y lo vamos a solucionar”, explica.
Primer capítulo