La autoridad judicial al frente del Juzgado de Violencia sobre la Infancia y la Adolescencia de Las Palmas de Gran Canaria ha acordado hoy, lunes 21 de julio, el ingreso en prisión provisional preventiva, comunicada y sin fianza del joven investigado por lesionar presuntamente a una menor de 17 años prendiéndole fuego en circunstancias no aclaradas en la madrugada del pasado 16 de julio, en una casa ruinosa en el barrio de La Isleta, en Las Palmas de Gran Canaria.
El magistrado indica en el auto de prisión provisional que los hechos podrían ser constitutivos de delitos de tentativa de homicidio y lesiones. No obstante, da cuenta de “contradicciones” en las testificales que deberán ser aclaradas durante el proceso judicial, según ha informado el Poder Judicial.
El instructor expone que el testimonio de la joven quemada, cuando lo pueda prestar (actualmente está ingresada en un centro de quemados en Sevilla) será vital para aclarar qué pasó realmente.
El auto revela que, cuatro días antes de que se produjeran los hechos que ahora se investigan, se desencadenó en Las Palmas de Gran Canaria un “incidente violento” entre jóvenes, en el que cuatro de ellos de origen magrebí “fueron perseguidos hasta refugiarse en la Comisaría de Distrito Norte” resultando “apuñalado uno de ellos y otro herido”.
Entre los magrebís perseguidos aquel día, relata el instructor, se encontraba el ahora investigado por las lesiones de la menor. Y entre los perseguidores, quien ha resultado ser uno de los testigos claves en el caso actual.
Detalla el auto que el 16 de julio, a las 3:53 h, la menor, de 17 años, salió gravemente herida por quemaduras de una infravivienda abandonada en la calle Tirma, en el barrio de La Isleta (Las Palmas de Gran Canaria).
La policía consiguió recuperar la grabación de una cámara callejera que apuntaba a la casa. La imagen, en poder del Juzgado, muestra a la menor desorientada, vestida con un burka dañado por detrás, pero sin quemaduras aparentes a simple vista.
Poco después, dice el auto, aparece el investigado, “quien tiene un breve contacto con ella”.
Según el magistrado instructor, en la grabación se observa “un posible abrazo o sujeción” entre la menor y el ahora investigado, “aunque no es concluyente”, matiza.
El auto añade que varios testigos han declarado que el ahora investigado “fue golpeado por algunos presentes hasta la llegada de la Policía Local”.
El auto expone que la estructura de la casa en llamas “hacía difícil la salida por medios propios, por lo que si la menor logró escapar, expone, el acusado “pudo haberla asistido”.
Sin embargo, agrega, “su testimonio de haber regresado al interior para intentar apagar el fuego contradice la gravedad de las heridas que describió ver en la víctima”.
Detalla la resolución judicial que, según la Policía Científica, el fuego comenzó “sin causas naturales ni eléctricas”, con indicios de intervención humana. Se hallaron un mechero, una botella con líquido, y otros materiales combustibles.
A las 04:01 horas de la madrugada, sigue el juez, un testigo (el mismo del incidente del 11 de julio) llamó al 112, enfocando su relato en la presencia del ciudadano marroquí ahora investigado, al que insultó y amenazó, y mencionando de forma tardía y vaga que «hay una chica quemada entera».
Este testigo, dice el juez, “habló a solas con la víctima” antes de que llegaran los servicios de emergencia, lo que, subraya el instructor, “podría interpretarse como intento de condicionar o manipular” el relato de la víctima, “máxime considerando los antecedentes de violencia entre ambos grupos”.
La autoridad judicial advierte que sólo se podrá tomar declaración a la herida cuando los médicos que la tratan den el visto bueno.
“Se hace preciso, con toda premura, resolver las contradicciones de los testigos, escuchar al policía local y al personal de la ambulancia a la que la víctima refirió que había sido el investigado el que le había causado las quemaduras prendiendo, se entiende, el colchón con un papel”, advierte el magistrado instructor.