La llamada Teoría del Vínculo tiene su origen en la Jurisdicción Social ante la que empezaron a plantearse reclamaciones por despidos de trabajadores que, a su vez, son consejeros delegados de la empresa en la que trabajan.
La Teoría del Vínculo comienza a construirse a partir de la Sentencia del Tribunal Supremo de 29 de septiembre de 1988 que concluye que “toda la actividad de los consejeros, en cuanto a administradores de la sociedad, está excluida del ámbito de la legislación laboral”.