La compraventa de viviendas no para de descender y es que el pasado mes de noviembre encadenó su décimo mes de descenso.
El problema es que el sector inmobiliario no es un sector estanco que se encuentre aislado del resto del mercado, es una pieza clave de la economía y por tanto el descenso en la compraventa de vivienda puede llegar a tener una serie de implicaciones económicas y sociales ya que puede provocar la ralentización del crecimiento del este sector, que representa una buena parte del pastel del Producto Interior Bruto de nuestro país.